¡Buenos días a todos!
¿Que tal estáis? Espero que fenomenal.
Hoy os traigo un DIY que nada tiene que ver con la moda (bueno, tal vez un poco… esta hecho con tela jajajaja), pero que es super útil para personas creativas como nosotras a las que les gusta reciclarlo todo.
Cuando comencé el blog, os comentaba que estaba mudándome y que todo era un locura (¿¡cómo podemos acumular tanto en tan poco espacio?!) y al llegar al piso me di cuenta de que no tenía sillas… ¡Sillas! Cuando fui a verlo estaban, y al firmar el contrato ya no estaban (vamos, que ni David Copperfield).
En esa época habían vendido un piso en el edificio de la oficina en la que trabajo, y el portero muy amablemente me dijo que podía llevarme lo que quisiera, porque iban a tirarlo todo.
Así que ni corta ni perezosa arramblé con las sillas y me las fui llevando a mi casita en autobús una por una… Alucinante ¿verdad? Eso pensaron el resto de viajeros jajajaja.
Las sillas, la verdad, es que eran feas de narices, pero sorpresivamente hacen juego con el resto de muebles (de muy dudoso estilo) que habían en el piso (si, una no puede ser una fashion victim cuando el piso ya está medio amueblado)
Así que me decidí a darles un cambio de look tapizándolas de nuevo (y fregándolas con estropajo y detergente…)
Estos son los materiales que he utilizado: tijeras, metro, grapadora especial para tapizar (que me han prestado para la ocasión) y un retal de tela (que compré en un mercadillo por 5 euros).
En la Pipería nos gusta hacer cosas bonitas, fáciles y baratas
Lo primero que hay que hacer es tomar las medidas; yo dejé un sobrante de 4 centímetros a cada lado para poder trabajar.
Luego solo hay que marcarlo sobre la tela y recortar
CONSEJO: aprovechad al máximo la tela, yo con el sobrante voy a hacer unos cojines a juego para el sofá (que os enseñaré en el post de la semana que viene).
Presentáis la tela sobre el cojín y comprobáis que está en la posición correcta.
¡Y a grapar!
Yo fui haciendo como un dobladillo para que el lado que había cortado quedara por dentro y el acabado fuera mucho más bonito.
Las esquinas, las dejamos para el final, así que hay que dejar como unos 3 centímetros de margen sin grapar en cada una para luego poder trabajar con comodidad.
CONSEJO: acercad la grapadora al máximo a la tela, así la grapa quedará más firmemente sujeta (cuando más cerca, más entra la grapa en la madera)
Se quedaría algo así:
Los siguientes pasos creo que es más fácil que los veáis a que yo los explique, pero la idea es que las esquinas queden bien rematadas.
Y así es como debe quedar el cojín una vez terminado
¡Y voilá!
Este es el resultado final: una vida nueva para unas sillas que tenían mil años acumulados.
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Y a disfrutar, ¡que mañana es viernes!